Hoy se viene un episodio con muchas curvas e información sobre una patología rodeada de luces y sombras en internet: las alergias alimentarias en perros y gatos.
Los patrocinadores que han hecho posible y sostenible este episodio han sido:

LetiPharma, patrocinador oficial de la sexta temporada de UnVeterinario – Divulgación Veterinaria
A modo de introducción
En los últimos años han surgido movimientos de información cruzada y términos difusos alrededor de la comida de perros y gatos: que si ultra procesados, que si real, que si alergias, que si dietas naturales o premium, ancestrales y un sinfín de conceptos entremezclados que generan mucho debate emocional pero no tanto sustento informativo. En la entrada de hoy voy a intentar esclarecer la información que gira alrededor de las alergias alimentarias en perros y gatos basándome en una serie de fuentes que podéis encontrar, leer y verificar en los enlaces asociados al final de esta entrada.
¿Qué es una alergia alimentaria?
Se trata de una respuesta inmunológica exagerada, es decir como que no viene a cuento, y que se produce cuando se ingieren ciertos alimentos que a priori son seguros y nutritivos pero que el cuerpo interpreta como cosa mal.
No es que el alimento sea «malo»… es que el cuerpo cree que lo es y actúa como si fuese un enemigo activando sus sistemas de defensa.
Este matiz inicial es importante porque es lo primero que aveces se confunde. En consulta es habitual que algún cliente diga “le doy una comida natural hipoalergénica” y esto en sí no tiene ningún sentido. Si un animal tiene alergia al pollo, el responsable no es tanto el pollo en sí, sino el cuerpo que lo consume que lo interpreta como un enemigo malísimo. Es importante remarcar que aunque sea un pollo de corral ecológico, fantástico, que ha escuchado Mozart y han sido criado al sol de abril…si tu perro o gato es alérgico le va a dar alergia igual porque quien inicia el proceso no es el pollo, sino el sistema inmune del cuerpo que lo ingiere, que no ha madurado normalmente y ha desarrollado fallos en el proceso de desarrollo de tolerancia inmunológica.
Y cuando se desencadena esta reacción alérgica ¿qué vemos?
Cuando esta lucha interna comienza sucede que el cuerpo responde y lo más habitual que vemos en consulta son esas lesiones cutáneas, otitis y picor…aunque también podemos tener más síntomas como por ejemplo vómitos y diarrea crónicos.
Las auténticas protagonistas de todo esto son las proteínas. Ya sabemos que el pollo tiene proteínas, pero las proteínas no tienen pollo. De todo esto, nutriente e ingrediente y muchos más hits nutritivos estuvimos hablando largo y tendido en los episodios 60 y 62 del podcast junto a Jorge Hernando Sanz, elanimalisto, así que no me entretengo más con los conceptos… pero en las proteínas sí, en estas sí que vamos a entretenernos porque son ese eje que hace girar todo esto de las alergias alimentarias
Las proteínas y las alergias alimentarias en perros y gatos
El sistema inmunitario de estos pacientes se pone en modo defensa cuando percibe un “enemigo” y en el caso de las alergias alimentarias son las proteínas ese «enemigo» que encaja en una cerradura muy concreta, la de los anticuerpos que van a desencadenar toda esa cascada de acontecimientos horribles de picores, rascados, algún síntoma intestinal, etc.
¿Esto que quiere decir? Que las grasas, los carbohidratos, las vitaminas o los minerales…no tienen esa capacidad, y las responsables fundamentales de desatar todo ese lío del sistema inmunitario son ellas: las proteínas. Así que si tienes un animal con un diagnóstico compatible con alergia alimentaria, en lo que habrá que centrar los esfuerzos no será en cambiar de alimentación a lo loco, sino en localizar a la proteína responsable.
¿Y esto de las alergias alimentarias es muy habitual?

Una revisión bibliográfica reflejó que la prevalencia media de este tipo de procesos en perros y gatos que acudían a consulta por cualquier motivo oscilaba, en perros, entre el 1% y 2%; y en gatos era aún menor, situándose en torno al 0’2%, así que estos datos pueden ayudarnos a reflexionar sobre que quizás no es tan común como muchas veces solemos pensar…así que si tenemos síntomas de prurito y problemas cutáneos, lo de las dietas hipoalergénicas no es lo primero que deberíamos empezar a explorar, sino que deberíamos seguir un protocolo diagnóstico que descartase antes otras causas mucho más frecuentes.
¿Cómo diagnosticas al paciente canino o felino con alergia alimentaria?
En esto, como en todo, hay que ir paso a paso, porque si no hacemos las cosas de forma ordenada y encima el cuerpo de nuestro paciente anda desubicado con lo que es bueno y lo que es malo pues ya me dirás tú menudo jaleo armamos entre todos.
Para ser ordenados con el protocolo diagnóstico, una muy buena brújula pueden ser las Guías AAHA (American Animal Hospital Association).
Cuando ya tengamos todo descartado y haya una firme sospecha de que ese paciente nuestro está dentro de esos porcentajes de los que hemos hablado empezaremos las pruebas de eliminación dietética, que son el gold standard.

¿Cómo funcionan las dietas hipoalergénicas?
Tenemos opciones tanto caseras como comerciales. Si podemos hacer un historial nutricional completo con un listado de las proteínas que el paciente ha tomado a lo largo de su vida, y por lo tanto frente a las que se han sensibilizado esas cerraduras de las que hablábamos antes, existe la posibilidad de elaborar una dieta casera basada en una proteína novedosa. Bajando esto a tierra, si por ejemplo tienes la certeza de que tu animal no ha comido conejo podrías hacer una dieta basada en esta proteína. Si te decantas por esta opción mi recomendación es que la formule siempre un nutricionista veterinario porque no es algo sencillo de realizar, como refleja un estudio Norteamericano que concluye diciendo que los resultados de una encuesta sobre dietas hipoalergénicas caseras presentaban déficits nutricionales.
Eso sí, si te decantas por nutricionistas veterinarios, que lo sean realmente…que no todo el monte es orégano. Aquí puedas encontrar a los diplomados avalados por el colegio europeo de nutrición veterinaria.
¿Cuáles son las principales proteínas responsables en alergias alimentarias de perros y gatos?
En perro en el top tenemos: vacuno (34%), lácteos (17%), pollo (15%), cordero (14,5%) y trigo (13%).
Top 5 en gatos: vacuno (18%), pescado (17%), pollo (5%) y trigo/maíz/lácteos (4% cada uno).
Estos datos pueden orientarnos sobre lo que podríamos hacer si tenemos un perro/gato con alergia alimentaria porque lo más probable es que la proteína que le cause problemas, y que tenga que evitar en su dieta, se encuentre en esta lista.
¿Cómo funcionan las dietas comerciales hipoalergénicas?
La otra opción con la que contamos es utilizar dietas comerciales que basen su tecnología en hidrolización de las proteínas. ¿En qué consiste esto? En descomponer la proteína en partes más pequeñas para que el organismo no las reconozca como peligrosas. ¿Qué es lo que conseguimos gracias a que sean hidrolizadas? Por un lado que alimenten manteniendo su calidad nutricional y por otro que no desencadenen reacciones alérgicas.

Es importante que este proceso se haga bien…y esto por desgracia es algo que no aparece en la etiqueta ni se le espera. De esto habla precisamente otra revisión bibliográfica que lleva por título «Discrepancias entre ingredientes y etiquetado en alimentación comercial para mascotas» y que concluye diciendo que el etiquetado inexacto de los alimentos para mascotas es bastante común, incluso en aquellos con ingredientes propuestos para dietas de eliminación. Podríamos resumirlo diciendo que, aún siendo correcto el etiquetado, según la legislación actual el alimento podría contener trazas y dejarse información por el camino (por lo que sería inexacto). Actualmente no se exige que los alimentos llamados «hipoalergénicos» aseguren la ausencia de trazas.
¿Y qué podemos hacer para saber si se hace bien? La WSAVA recomienda preguntar a las casas comerciales cuales son sus procesos de fabricación. Podéis encontrar esta guía con las preguntas que recomienda hacer a los fabricantes esta asociación internacional en el recurso número 3.
¿Cuáles son las claves para un manejo exitoso de esta patología?
Primero: el tiempo
Para saber si una dieta es efectiva deberemos mantenerla entre 8 y 12 semanas de forma exclusiva. Lo normal es que antes de ese plazo empiecen a mostrar mejoría pero algunos tardan más y tendremos que tener paciencia antes de desistir.
Segunda: la comunicación
Para que esta dieta de eliminación sea realmente útil tendremos que adquirir un compromiso real durante ese tiempo porque, si no, mejor ni empezar. Tenemos que entender lo que hacemos y por qué lo hacemos. Es un pequeño sacrificio por un bien mayor.
Esto quiero remarcarlo porque si hacemos el gran esfuerzo de cocinar una dieta casera o invertir en una dieta comercial de este tipo y luego le damos un palito dental, se come un trozo de carne furtiva del domingo o le doy una chuche super pequeña…nos estaremos haciendo una trampa a nosotros mismos y a su proceso diagnóstico.
Para poder comunicar esto a los tutores (y si eres tutor, para poder entender la importancia del proceso) tenemos un documento elaborado por el veterinario Nicole Beard que puede ayudar a sentar unas bases firmes en consulta antes de empezar el viaje de las dietas de eliminación

¿Si con una dieta de eliminación mejora ya está confirmada la alergia alimentaria?
No, aunque tendemos a pensar que sí, pero no, aún nos queda un último coletazo final.
Lo más común es que si mejoran con una dieta de eliminación achaquemos esta mejoría al cambio nutricional, pero no tenemos certeza ninguna. Imagínate, por ejemplo, que al cambiar esa dieta le estemos dando otra con mayor digestibilidad o con mejores fuentes de fibra, quizás los síntomas digestivos mejoran…pero no tiene nada que ver con una alergia alimentaria, sino con otros factores. También puede que el cambio de dieta tenga mayor cantidad de ácidos grasos o que lo hayamos hecho en una época de mucha alergia ambiental y observemos mejoría…pero que tenga más que ver con otros factores o cambios externos al animal relacionados con un alérgeno ambiental.
¿Cómo podemos verificar que realmente la mejoría tiene que ver con la dieta?
Volviendo a la fase anterior, es decir, a la dieta que le provocaba el problema para verificar si los síntomas vuelven. Si esto pasa ya iríamos con la sospecha en firme y solo nos tocaría volver a la dieta hipoalergénica.
Vasmos a verlo de forma muy sencilla
1º Tenemos una dieta que le iba mal.
2º Hacemos lo de la dieta hipoalergénica de la que hemos hablado en este post y oye…¡que mejora!.
3º Volvemos a la dieta inicial que le iba mal y reconfirmamos que le iba mal porque vuelve a empeorar.
4º Vuelta a la dieta hipoalergénica y vuelta a la mejoría. Ahora es el momento en el que podemos empezar a buscar a la proteína malvada infernal que nos está danto problemas.
¿Por qué hacer el proceso completo es importante?
A veces al volver a esa dieta inicial que nos estaba dando problemas, tenemos alguna sorpresa y los síntomas no vuelven porque aunque una dieta hipoalergénica le haya hecho mejorar, la causa también puede que no sea una alergia de este tipo.
Es cierto que hay quien decide no hacer estas pruebas de provocación porque “oye, ya que ha mejorado yo no vuelvo a lo anterior a esas diarreas, esos picores y que no, que ahora está fetén” y es lícito, porque si esta dieta hipoalergénica, casera o comercial, es completa no pasaría nada por mantenerla…eso sí, nos quedaríamos sin saber qué es lo que ha pasado realmente ahí y esto en el futuro, podría ser un problema. Si tenemos que cambiarle la dieta por algún motivo y no sabemos cuál es la proteína del problema, nos restringe mucho el abanico de posibilidades de alimentación durante toda su vida. Además las opciones de alimentación que tengamos en el mercado, si tenemos ese dato de la “proteína problema”, serán más amplias y también más económicas.
¿Y si tras todo esto queremos buscar la proteína que desencadena la reacción alérgica? ¿Cómo lo hago?

Si queremos ir en su búsqueda recordad que no vale con darle un día pollo y ver al día siguiente si le ha sentado bien o mal porque los síntomas pueden tardar en aparecer 2 semanas, así que tendremos que ser muy pacientes en esa búsqueda y aquí, tu veterinario puede ayudarte para ofrecerte las mejores recomendaciones.
Conclusión
La nutrición es clave, sí, y la ciencia también y además, como bien dice un archiconocido refrán y en esta patología se nos confirma, la paciencia es la madre de la ciencia y esto es así para ellos y para nosotros, claro…porque nosotros también somos animales y cuanto antes lo aceptemos mejor nos irá.
Puedes escuchar el episodio completo aquí ⬇️⬇️
Enlaces y bibliografía asociada a este episodio
2023 AAHA Management of Allergic Skin Diseases in Dogs and Cats Guidelines:
Common food allergen sources in dogs and cats
Prevalence of cutaneous adverse food reactions in dogs and cats –
Discrepancies between ingredients and labeling in commercial pet foods
Prevalence of noncutaneous manifestations of adverse food reactions in dogs and cats –
Signalment and cutaneous manifestations of dogs and cats with adverse food reactions
Storage Mites in Commercial Pet foods
Time to flare of cutaneous signs after a dietary challenge in dogs and cats with food allergies
Time to flare of cutaneous signs after a dietary challenge in dogs and cats with food allergies
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