El episodio lo vamos a empezar paseando por un lugar lleno de vida: un bosque. Esta es la imagen que quiero que tengas en la cabeza antes de que empecemos a hablar del microbioma.
Los patrocinadores que han hecho posible y sostenible este capítulo han sido:
LetiPharma, patrocinador oficial de la quinta temporada de UnVeterinario – Divulgación Veterinaria
Microbioma: un invisible bosque de vida
Después de esta introducción y sabiendo, claro está, que dentro de nuestros animales no crecen bosques de árboles, lo que sí sabemos es que sus sistemas digestivos están llenos de vida y de eso vamos a hablar en el episodio de hoy, de ese pequeño gran bosque interior, que es el microbioma.
¿Cómo podríamos definir esto del microbioma?
Es el ecosistema que vive dentro del tubo digestivo.
El microbioma1 es una mezcolanza de muchas cosas que hay y ocurren en el sistema gastrointestinal, en el que participan bacterias, arqueas, hongos, protozoos y virus que habitan ahí. Se trata de un participante activo dentro de nuestros animales y sus cambios pueden estar asociados a enfermedades, digestivas sí, pero también cardiovasculares, inmunomediadas, endocrinas, neurológicas, linfoma, obesidad e incluso enfermedad renal. Sí, sí, lo que pasa en tu digestivo le puede afectar a tus riñones.
Los gatos2 , por ejemplo, que son carnívoros obligados, dependen de tejidos animales ricos en proteínas para satisfacer sus necesidades. El perro, en cambio, que es metabólicamente más omnívoro, puede digerir, absorber y metabolizar carbohidratos de la dieta. Tanto en perro como en gato toda esa energía que tienen que obtener no depende en gran medida de la fermentación microbiana, pero un equipo fuerte y cuidado ahí dentro sigue siendo fundamental como vamos a ir viendo.
¿Todos los microbios son iguales?
No existen dos microbiomas iguales y esto varía por animal, tipo de vida, ambiente, etc. Todos los animales tenemos una huella microbiana diferente y además este pequeño ejército y el trabajo que tiene que realizar va a ser diferente dentro de un humano, un vaca, un perro o un gato.
Para que nos sigamos haciendo una idea de lo que afecta el ambiente vamos a recordar a la mítica frase del filósofo Ortega y Gasset que dice eso de “Yo soy yo y mis circunstancias” porque esto en el microbioma parece que también ocurre.
Hay un curioso estudio de 2020 cuya traducción dice algo así como “La tenencia de mascotas domésticas y la diversidad microbiana de la microbiota intestinal humana”4 cuyos resultados sugieren que tener una mascota podría estar asociado con diferencias en la microbiota intestinal humana. Sí, lo que tienes a tu alrededor parece que a ti también te afecta.
Retomando todo lo anterior tendríamos billones de microorganismos diferentes y específicos para cada animal que forman algo así como un miniecosistema que nos protege, fortalece y nutre. Dentro de este ecosistema hay bacterias beneficiosas y también perjudiciales (no todo el monte es orégano), quédate con esto que luego retomamos
¿Qué es la microbiota?
Dentro del bosque serían los individuos. Los animales y las plantas, es decir, la comunidad de microorganismos vivos que lo habitan.
Vale, bien, microbiota y microbioma entendido.
¿Entonces qué pasas con esto de los probióticos y prebióticios que está en boca de todos? ¿Es lo mismo todo?
Los prebióticos son ese «alimento bueno» que ayuda a nutrir esas bacterias beneficiosas y que lo componen ciertas fibras capaces de estimular el crecimiento y actividad de algunos microorganismos del microbioma intestinal.
Al desarrollarse y aumentar la presencia de microorganismos no patógenos, estos compiten por los sitios de adhesión y los recursos nutritivos, limitan el potencial crecimiento de cepas patógenas y estimulan el sistema inmunitario local mejorando la función barrera. Técnicamente hablando, pero no mucho, te diré que se trata de fibras cuya fermentación producen, además, ácidos grasos volátiles que favorecen pH bajo en la luz del digestivo limitando el crecimiento de algunos microorganismos de los que no nos gustan.
¿Qué son los probióticos?
Son los microorganismos vivos que al consumirlos proporcionan beneficios para la salud.
¿Y que pasa con los posbióticos?
Son las sustancias que las bacterias producen y secretan al medio ambiente. Se trata de compuestos bioactivos beneficiosos para la salud.
Por bajar todo esto a tierra, para hacernos una idea aproximada con esto del bosque podríamos decir (salvando las distancias) que los prebióticos serían esas fibras que se comen los conejos. Los conejos en esta ecuación serían los probióticos, y ellos luego van a excretar sus productos del metabolismo, que serían sus heces, que constituyen posbióticos que le van a venir bien a la salud del bosque, un buen abono.
¿ Qué papel juega la fibra en todo esto?
Existen diferentes tipos de fibra, tanto soluble como insoluble. Ambas aumentan la saciedad y reducen la densidad energética del alimento, pero si nos paramos a escuchar al mundo de lo pequeño podemos obtener grandes respuestas, y una de ellas es que a las bacterias que viven en el interior no les gustan todos los tipos de fibra, sino que prefieren ciertos tipos que son solubles y fermentables.
Hay diferentes estudios que reflejan que en perros con diarrea crónica del intestino grueso los alimentos terapéuticos suplementados con fuentes de fibra ricas en compuestos antioxidantes y antiinflamatorios contribuyen a la resolución rápida de la patología sin recurrencia y favorecen la salud a largo plazo. Estos cambios se asociaron con mejores marcadores de inflamación intestinal y calidad de las heces. Así que parece que la cantidad y actividad de bacterias intestinales beneficiosas y la producción de posbióticos beneficiosos podría regularse con el uso de fibras prebióticas.
¿Todas las bacterias son beneficiosas?
Dentro de ese ecosistema hay diferentes bacterias, pero las que nos gustan por sus efectos beneficiosos son las que tienen que ver con la sacarolisis, es decir bacterias sacarolíticas.
Este grupo de bacterias buenas que nos gustan son capaces de fermentar hidratos de carbono y producen esos compuestos beneficiosos que son los posbióticos de los que ya hemos hablado. Hacen un montón de cosas: ayudan a sintetizar vitaminas y aminoácidos, mantienen la barrera intestinal y regulan la función inmunitaria, previniendo, además, la colonización por bacterias patógenas. Así que por supuestísimo, si tenemos que elegir a quien alimentar elegimos alimentarlas a ellas y hacerlo con cosas ricas que les gustan.
Llegado a este punto ya sabemos más cosas sobre lo que pasa en el digestivo y empezamos a entender que el manejo nutricional puede ser muy beneficioso para el manejo de patologías como la diarrea crónica del intestino grueso, pero algo sorprendente es que la cosa no acaba ahí…sino que muchas veces empieza ahí.
Eje Intestino – Riñón
Es muy conocido que existe un eje intestino – cerebro, sí, pero hay más líneas de investigación abiertas en torno a este tema y por la importancia que tiene en nuestros perros y gatos: hoy voy a hablaros de otro eje, el intestino – riñón.
En la enfermedad renal crónica se han descrito desajustes en esas poblaciones de microorganismos vivos que habitan el digestivo, con lo que ello implica, incluyendo un aumento de la permeabilidad de la barrera intestinal y el paso de toxinas y otros productos bacterianos a la sangre5.
En veterinaria hay un estudio piloto que demostró que en perros con ERC la composición del microbioma intestinal varió dependiendo de la etapa de la enfermedad y se vio un aumento de bacterias proteolíticas, que son las que no queremos, y disminución de las sacarolíticas, que son las que nos gusta…así que esto de cuidar la microbiota puede que coja relevancia de aquí a unos años y empiece a aparecer en las guías terapéuticas para el tratamiento de esta patología desde estadios iniciales…tiempo al tiempo6.
¿Y esto de que las bacterias malas se vienen arriba y las buenas se nos quedan apocadas cómo sucede?
Uno de los mecanismos propuestos sería algo así:
- La ERC genera cambios que favorecen la proliferación de poblaciones bacterianas proteolíticas (que son las que no nos gustan) y se nos vienen arriba y fermentan los aminoácidos y generan a partir de ellos toxinas urémicas.
- Esas toxinas que se producen más, además pasan mejor, porque esos cambios favorecen la permeabilidad de la barrera intestinal. La enfermedad va avanzando y se nos acumulan más esas toxinas en sangre y los marcadores analíticos cada vez los vamos teniendo más altos.
- Esas toxinas originan inflamación sistémica, daño oxidativo, perpetúan la disbiosis.
- Algo que también se produce es un efecto tóxico directo sobre los mioblastos, y esto podría estar implicado en la pérdida de musculatura. Vamos a detenernos un poco más en este punto.
Pérdida de musculatura en enfermedad renal crónica y proteínas en la dieta
De forma contradictoria podemos pensar que si pierden musculatura deberíamos suplementar con proteínas, pero esto no es una buena idea.
El exceso de proteínas que llegan al intestino sin digerir son aprovechadas por las bacterias proteolíticas. Lo que buscamos al prescribir dietas renales es utilizar proteínas con una digestibilidad muy muy alta para intentar que no llegue proteína sin digerir al colon y «matar de hambre» a la bacterias proteolíticas de las que hemos hablado anteriormente8. Cuidado con esto de la proteína, que no por mucho madrugar amanece más temprano.
Hay un estudio9 cuyos resultados muestran el beneficio de alimentar con betaína y prebióticos a gatos con enfermedad renal crónica que ayudó a aumentar la masa corporal sin aumentar el consumo de alimentos. De todas formas, es importante recordar que, adecuadamente formuladas, las dietas renales, aunque tengan poca proteína no son restringidas en ellas pero claro, siempre que el paciente las esté comiendo en la cantidad necesaria.
¿Qué podemos hacer?
Primero de todo dejarte guiar por un profesional veterinario en consulta, por supuestísimo, además en veterinaria clínica de pequeños animales contamos con unas guías para el manejo de esta enfermedad fantásticas que para mi constituyen un árbol de decisión indispensable para el manejo de mis pacientes. De todas formas, y vistos los resultados de algunos estudios, valorar un suplemento específico de fibras prebióticas puede ser una muy buena opción en la enfermedad renal.
Si quieres escuchar el episodio completo puedes hacerlo aquí ⬇️⬇️
Enlaces y biografía asociada a este episodio
1. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5787212/
3. https://academic.oup.com/af/article/6/3/37/4638751
4. https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fcimb.2020.00073/full
5. https://translational-medicine.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12967-018-1756-4
6. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/37691637/
9. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35609046/
10. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4248192/
11.https://www.frontiersin.org/journals/microbiology/articles/10.3389/fmicb.2018.02247/full
12. https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/vco.12367
13. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC9839755/
14. https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/1574-6941.12067
17. https://translational-medicine.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12967-018-1756-4
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