En menos de una semana volverá a suceder, sí, el sol se situará sobre el ecuador de nuestro planeta y la duración del día y la noche volverá a ser la misma en toda la tierra. Ya está aquí el equinoccio de primavera, alegría para unos y…tembladera para otros, así que hoy vamos a hablar de alergias, estacionales o no, en nuestros perros y gatos.
Empatizando con la alergia
Las puertas de la primavera siempre son un buen momento para hablar de las alergias, no tanto por nuestros animales de compañía que las pueden sufrir todo el año y de forma crónica y diversa, sino por nosotros que parece que en esta época del año nos acordamos más y somos de más empatizar con lo que nos toca de cerca.
Ese va a ser el objetivo de hoy, que empaticemos con la comunidad felina y canina que rodea este podcast y que puede padecer esta enfermedad. Así que para eso, y sabiendo que una imagen vale más que mil palabras, vamos a empezar buscando esa imagen que nos ayude a colocarnos ante el problema.
El jersey que picaba de tu abuela
Hay un recuerdo de infancia que quizá nos ayude y que hemos vivido muchos niños. Se trata de un recuerdo que enraíza con nuestras abuelas.
Ese recuerdo nace con un jerseicito de lana gorda que ella te tejían con toda su ilusión, ilusión que tú compartíamos hasta que te lo probabas y decías “mamá, me pica” y tu madre “anda anda, qué te va a picar, esto es solo al principio” y tú “no no, que me pica” y tu madre “póntelo que luego te acostumbras” y tu “no, no que me pica” y tu madre “que te lo pongas”…
En ese pulso de “me pica” y «no te pica” había, a grandes rasgos, dos posibles desenlaces: te aclimatabas tú al jersey o el jersey se aclimataba a ti, pero ese jersey artesanal se iba a usar. Al final te lo ponías, al menos cuando ibas a ver a tu abuela para que ella estuviese tan contenta, eso sí, con una buena camiseta de manga larga y con cuello vuelto para cubrir toda la superficie de contacto piel-jersey al 100%.
Alergias, lana, picor y jersey
Muchos tipos de lana, diferentes tipos de picor y distintos tipos de piel, pero lo que quiero es que te quedes con esta imagen que nos va a ayudar a empatizar: algo que contactaba con tu piel te producía un picor desagradable que querías evitar a toda costa y te quitaba calidad de vida. Contacto, piel, rechazo y picazón. En el caso de los jerseys la solución era fácil: fuera esta prenda y se acaba el problema. Retiramos el estímulo y fin de la sintomatología. Esto también pasa con las alergias, pero por desgracia no siempre es posible retirar o encontrar este estímulo.
Esa sensación es algo parecido a lo que les pasa a los perros y gatos alérgicos, pero ellos no se pueden quitar ese jersey ni mandarlo al fondo del armario, así que tenemos que ayudarles.
Alergias en personas, perros y gatos
En humanos las alergias nos suenan porque en nosotros es algo muy frecuente y habitual desde nuestra más tierna infancia. Todos hemos coincidido en el colegio con alguien que no podía hacer gimnasia porque tenía asma ¿verdad?
La OMS nos dice que las enfermedades alérgicas ocupan el cuarto lugar en prevalencia y se estima que el 20% de la población mundial las padece, así que en humanos somos muy conscientes del tema. En las personas ocurre algo curioso, lo que se denomina la “marcha alérgica” que sería algo así como el camino que recorre esta enfermedad en que se producen una sucesión de episodios desde niños, donde las primeras manifestaciones cursan con síntomas de alergia alimentaria y dermatitis atópica y poco a poco sigue avanzando con su marcha hasta desarrollar síntomas respiratorios con rinitis y si no se hace nada puede acabar en asma. Esto te lo explica mejor un médico, pero unas pinceladas no vienen mal para recordarte que nosotros también somos animales.
¿Cómo funcionan las alergias?
Para entenderlo en líneas generales, el alérgeno es el que desencadena los síntomas. Salvando las distancias y con lo que te he contado de tu abuela, el alérgeno habría sido el jersey de lana gorda que tu cuerpo rechaza.
La alergia, tanto para ellos como para nosotros, se caracteriza por una respuesta inmunológica exagerada, es decir, algo del exterior hace reaccionar a tu cuerpo por encima de lo que debería.
¿Y en los perros y gatos esto de las alergias pasa? Sí y es una de las consultas más frecuentes en las clínicas veterinarias. Algunas fuentes apuntan a una prevalencia de hasta el 15% en perros1. En gatos las cifras no son tan claras, pero un estudio realizado en 1407 gatos con problemas dermatológicos apuntó a que un tercio de los que acudían a consulta padecían alergias2. Estas son cifras nada desdeñables.
En las alergias, a grosso modo, tenemos dos grandes grupos, las alimentarias y las ambientales, aunque también hay más como la dermatitis alérgica a la picadura de pulga o las alergias de contacto. Hoy vamos a centrarnos en las ambientales
¿Cómo empieza la historia de una alergia?
“Había una vez un perro con un sistema inmune hiperreactivo que, de forma genética, presentaba tendencia a rechazar y enfadarse con sustancias habituales del medio ambiente, que para otros perros resultaban inofensivas. Esto, unido a que la barrera de protección de su piel y su microbioma estaba alterado, hacía que sus defensas fuesen franqueables, algo así como una fortaleza sin murallas, permitiendo el paso de alergenos invasores y favoreciendo la pérdida de agua, así como una cascada de acontecimientos y sucesos que acabarían produciendo picor e inflamación.”
Este podría ser el inicio de esta historia muy en líneas generales. En resumen resumido lo que tenemos es una sensibilización alérgica mediada por IgE. En gatos la explicación de la patología no se conoce tan bien como en perros.
Este cuento tiene una particularidad y es que no se trata de un microrrelato, sino de una larga trama. En función de las decisiones que tomemos en las fases iniciales de esta enfermedad esta patología puede tener diferentes evoluciones y desenlaces. En las decisiones clínicas lo ideal es que estén protocolizadas para incrementar la tasa de éxito de los casos y llegar al mejor final posible de la historia. En este enlace podéis consultar las guidelines del manejo de esta enfermedad publicadas por la Asociación Americana de Hospitales de Animales (AAHA) en 2023.
Se trata de una enfermedad que se suele presentar en adultos jóvenes, tanto perros y gatos, entre el año y los 3 años de edad y que cuanto antes empecemos a tratarla mejor pronóstico tendrá. A día de hoy el tratamiento es multimodal, pero la inmunoterapia es el único tratamiento eficaz capaz de cambiar el curso de la enfermedad según la OMS. Está indicada para el control de los síntomas a largo plazo y su objetivo es minimizar la sensibilidad de ese animal y evitar el uso de fármacos de forma prolongada.
Algunos de estos alérgenos ambientales que pueden activar esos sistemas inmunes hiperreactivos pueden incluir pólenes de gramíneas, hierbas, ácaros, árboles y hongos entre otros. Como son tantos, hoy me quiero centrar en unos de ellos, los ácaros, porque son como la ilusión o la felicidad, que el no verlos no significa que no existan. Vamos a conocerlos.
Ácaros y alergias en perros y gatos
Se trata de pequeños artrópodos más pequeños de 0,3 mm. Los que más alergias causan son los del polvo y los del almacenamiento. A los del polvo les gustan temperaturas en torno a los 20ºC y a una humedad relativa mayor de 70%. Viven en sitios tan normales almohadas, colchones y alfombras. Los de almacenamiento, son muy frecuentes en alimentos secos almacenados, como por ejemplo el pienso, y tienen predilección por alimentos con mucha grasa y proteínas. A estos les tenemos más en la cocina y el baño.
Aquí puedes consultar un mapa acarológico de España para que puedas saber con qué ácaro compartes más tu día a día.
También hay cosas que podemos hacer para minimizar su presencia y te lo dejo aquí colgado para que le eches un vistazo.
Los alérgenos de los ácaros que con más frecuencia producen alergia se encuentran tanto en su cuerpo como en sus heces. A los humanos nos entran más vía inhalada, pero en nuestros perro y gatos entran en su cuerpo a través del lamido.
Un poco de tecnicismo sobre inmunoterapia en perros y gatos
Se ha comprobado que las proteínas de lo ácaros que nos producen alergia a nosotros son diferentes a las que lo hacen en perros. En concreto se ha visto que en el perro para el Dermatophagoides faringe, que es el ácaros involucradle en el 80% de animales con dermatitis atópicas, responden mejor a inmunoterapias enriquecidas con proteínas de alto peso molecular , en concreto, por ponernos un poquito técnicos las proteínas Der f15 y Der f18, estas letritas que parecen poca cosa no lo son, porque estos pequeños grandes detalles son los que pueden maximizar la eficacia de los tratamientos.
¿Cuáles son los síntomas de las alergias en perros y gatos?
Normalmente nuestros pacientes vienen con un picor intenso, esto es lo más característicos y puede desencadenar lesiones secundarias e infecciones. Podemos verlas en la cara, cuello, axilas, ingles, abdomen, y en las patitas. También son muy comunes las otitis externa de base alérgica y a veces es lo único que vemos. En gatos el asma y los síntomas respiratorios también son muy característicos.
A modo de conclusión
Si ves picor o lamido recuerda que nuestros perros y gatos también pueden sufrir alergia como nosotros, porque nosotros también somos animales, y cuanto antes lo aceptemos mejor nos irá.
Puedes escuchar el episodio completo aquí ⬇️⬇️
Enlaces y bibliografía asociada a este episodio
1.Hillier, A. y Griffin, C. E. (2001). The ACVD task force on canine atopic dermatitis (1): Incidence and prevalence. Veterinary Immunology and Immunopathology, 81, 147-151.
2. Scott DW et al. Feline dermatology at Cornell University: 1407 cases (1988–2003)
2023 AAHA Management of Allergic Skin Diseases in Dogs and Cats Guidelines
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